La tarde del miércoles 2 de octubre de 1968 fue cometida la atrocidad más grande en contra de la juventud mexicana. La changa Díaz Ordaz ejecutó un plan bien elaborado para terminar, de una vez por todas, con 71 días de dolores de cabeza y de afrentas hacia su persona.
Fue en la Plaza de las Tres Culturas, ahí quedaron los cadáveres de los jóvenes que exigian mejoras a un sistema político que los estaba encarcelando, golpeando y desapareciendo. Jovenes que eran apoyados por obreros, petroleros, amas de casa, profesores e intelectuales, lo que demuestra que no era solo una bola de revoltosos que querían desastibilizar al país y echar a perder los Juegos Olímpicos de la paz. Hasta el día de hoy y debido al secretismo oficial se desconoce la cifra total de muertos pero según muchos testimonios de fotógrafos o vecinos del lugar se contaban por centenas.
Una operación lidereada por el infame batallón olimpia, que disparó al ejército y a civiles por igual para provocar el caos y la respuesta militar contra los estudiantes, acusados de iniciar el tiroteo.
Ahi arrestaron también a los líderes y a muchos más que permanecieron encerrados en el Palacio Negro de Lecumberri aplastando con el miedo y la sangre cualquier respuesta de la sociedad ante tan lamentables hechos, cuya protesta simbólica fue un papalote negro frente al balcón presidencial en la ceremonia de inauguración de los Juegos.
40 años después la impunidad, miembro distinguido de este país, aún protege a los culpables. La changa murió sin ser siquiera juzgado por el genocidio. Luis Echreverría, otro de los culpables a voces y responsable de muchas más atrocidades durante la guerra sucia de los 70's, sigue sin pagar sus culpas y aun atreviendose a decir que tiene su conciencia tranquila y que de no haberlo hecho se hubiera derrumbado al presidente. Con una fiscalía para delitos del pasado que no ha dado frutos (y que de hecho está condenada a desaparecer), una pobre figura presidencial que no puede ni manejar una bicicleta, un ola creciente de narcoviolencia, secuestros, asaltos, problemas agrarios , etc. no se honra a los jóvenes a quienes se les debe el nacimiento del México moderno, socialmente más crítico y participativo, pero que sigue pidiendo lo mismo.
Hoy 2 de octubre ¡Únete pueblo! recuerda a toda esa juventud que nos enseño el camino. A todos aquellos a quienes no tuvieron miedo de exigir lo que era suyo por derecho: libertad de expresión, paz y justicia social. A tus jóvenes asesinados. Condena a los culpables y muestrales a tus gobernantes que ni perdonas, ni olvidas. No te quedes callado.
2 de octubre. No se olvida
Fue en la Plaza de las Tres Culturas, ahí quedaron los cadáveres de los jóvenes que exigian mejoras a un sistema político que los estaba encarcelando, golpeando y desapareciendo. Jovenes que eran apoyados por obreros, petroleros, amas de casa, profesores e intelectuales, lo que demuestra que no era solo una bola de revoltosos que querían desastibilizar al país y echar a perder los Juegos Olímpicos de la paz. Hasta el día de hoy y debido al secretismo oficial se desconoce la cifra total de muertos pero según muchos testimonios de fotógrafos o vecinos del lugar se contaban por centenas.
Una operación lidereada por el infame batallón olimpia, que disparó al ejército y a civiles por igual para provocar el caos y la respuesta militar contra los estudiantes, acusados de iniciar el tiroteo.
Ahi arrestaron también a los líderes y a muchos más que permanecieron encerrados en el Palacio Negro de Lecumberri aplastando con el miedo y la sangre cualquier respuesta de la sociedad ante tan lamentables hechos, cuya protesta simbólica fue un papalote negro frente al balcón presidencial en la ceremonia de inauguración de los Juegos.
40 años después la impunidad, miembro distinguido de este país, aún protege a los culpables. La changa murió sin ser siquiera juzgado por el genocidio. Luis Echreverría, otro de los culpables a voces y responsable de muchas más atrocidades durante la guerra sucia de los 70's, sigue sin pagar sus culpas y aun atreviendose a decir que tiene su conciencia tranquila y que de no haberlo hecho se hubiera derrumbado al presidente. Con una fiscalía para delitos del pasado que no ha dado frutos (y que de hecho está condenada a desaparecer), una pobre figura presidencial que no puede ni manejar una bicicleta, un ola creciente de narcoviolencia, secuestros, asaltos, problemas agrarios , etc. no se honra a los jóvenes a quienes se les debe el nacimiento del México moderno, socialmente más crítico y participativo, pero que sigue pidiendo lo mismo.
Hoy 2 de octubre ¡Únete pueblo! recuerda a toda esa juventud que nos enseño el camino. A todos aquellos a quienes no tuvieron miedo de exigir lo que era suyo por derecho: libertad de expresión, paz y justicia social. A tus jóvenes asesinados. Condena a los culpables y muestrales a tus gobernantes que ni perdonas, ni olvidas. No te quedes callado.
2 de octubre. No se olvida
1 comentario:
Estoy totalmente de acuredo... pero ya va siendo hora que dejemos de hablar de lo mismo y los jóvenes de ahora hagamos historia, porque las cosas NO están bien. Obvio no hablo de que nos maten a todos, pero ya es hora de que despertemos y nos manifestemos por lo que está pasando ahorita y no lo que ya fue hace 40 años...
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